
- El agua es esencial: Nuestro cuerpo está compuesto en un 60% de agua. Mantenerse hidratado es vital para nuestra salud y bienestar.
- No todas las grasas son malas: Las grasas insaturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva y en los pescados, pueden ayudar a reducir el colesterol y proporcionar ácidos grasos necesarios.
- Las proteínas construyen músculo: Las proteínas son esenciales para la construcción de músculo, la reparación de tejidos y la producción de enzimas y hormonas.
- Los carbohidratos proporcionan energía: Los carbohidratos son la principal fuente de energía del cuerpo. Se dividen en dos categorías: simples y complejos.
- Las vitaminas son cruciales: Las vitaminas son necesarias para el crecimiento, la reparación y el metabolismo.
- Los minerales mantienen tus huesos fuertes: Los minerales, como el calcio y el magnesio, son necesarios para la formación de huesos y dientes.
- La fibra ayuda a la digestión: La fibra puede ayudar a prevenir el estreñimiento y se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas.
- El azúcar puede ser perjudicial: Demasiado azúcar, especialmente azúcar añadido, puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y obesidad.
- El equilibrio es clave: Comer una variedad de alimentos de todos los grupos de alimentos puede ayudarte a obtener los nutrientes que necesitas.
- El tamaño de las porciones importa: Comer demasiado o muy poco puede llevar a problemas de salud.
- Los alimentos procesados pueden ser perjudiciales: Los alimentos procesados a menudo contienen altos niveles de sodio, azúcar y grasa.
- La nutrición afecta al sueño: Comer ciertos alimentos antes de acostarse puede afectar la calidad del sueño.
- La nutrición afecta al estado de ánimo: Algunos estudios sugieren que ciertos nutrientes o patrones dietéticos pueden influir en el estado mental.
- Los probióticos promueven una digestión saludable: Los probióticos son bacterias “buenas” que promueven una digestión saludable.
- Las necesidades nutricionales pueden cambiar con el tiempo: A medida que envejecemos, nuestras necesidades nutricionales pueden cambiar.
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